El acebo y la poinsetia, omnipresentes en Navidad

El acebo y la poinsetia, omnipresentes en Navidad

Escrito por: Jesús M.    19 diciembre 2011     2 minutos

El acebo y la poinsetia son muy utilizados como adornos de Navidad. Quizás el rojo de los frutos del primero y de los pétalos de la segunda influyan, a la hora de elegirlos como símbolos de las fiestas más entrañables del año.

El acebo es un pequeño árbol, típicamente navideño. Su nombre científico es Ilex aquifolium y también se le llama cardón o cardonera. Pertenece a la familia de las Aquifoliaceae. El acebo es originario del sur y oeste de Europa. Puede alcanzar los 10 metros de altura, aunque en sus inicios sea tan pequeño como un arbusto.

El acebo posee hojas verdes con bordes espinosos. Son perennes, elípticas y duras. Cada una de ellas mide entre 5 y 10 centímetros de largo. El fruto rojo, del tamaño de un guisante, es uno de los elementos más característicos del árbol y más llamativo en los períodos navideños. La ingestión de estos frutos puede provocar grandes diarreas y vómitos.

La madera del acebo se caracteriza por su resistencia, es muy apreciada en carpintería y marquetería. En Navidad, el acebo es empleado en los centros de mesa y, en algunos países, es tradicional colocarlo en las puertas de las casas.

Pero, sin ninguna duda, la poinsetia o flor de pascua es una de las plantas más decorativas en las Navidades de medio mundo. Es particularmente vistosa, gracias a sus espectaculares pétalos rojos. Si se cultiva en exterior, la poinsetia puede llegar a formar un gran arbusto de hasta 5 metros de altura. Ahora bien, se requiere que el clima carezca de heladas, o éstas sean débiles.

Tanto el acebo, como la poinsetia, son imprescindibles en Navidad

Para que la poinsetia prospere correctamente, se necesita mucha luz en la estancia en la que la situemos, sobre todo, cuando se encuentre florecida. Ubicarla junto a una ventana es la mejor opción. Debe encontrarse en habitaciones con temperatura media, ni por debajo de 10 grados centígrados, ni por encima de los 25. La humedad del ambiente también tiene su importancia. En entornos excesivamente secos, las hojas de la poinsetia se caen.

No es necesario regar la poinsetia a diario. Son suficientes dos baños por semana. Si nos pasamos, podríamos pudrir la planta. Las plagas de insectos más habituales, que pueden causar daños importantes en la poinsetia, son las de pulgones, moscas blancas, cochinillas y arañas rojas. Con una poda adecuada, una vez concluida la floración, y añadiendo fertilizante líquido cada 10 o 15 días, lograremos disfrutar de nuestra flor de pascua mucho más allá de las Navidades.

Vía | Infojardín
Fotos | Flickr-Beamillion
Flickr-MartinHoward