El increíble caso del sapo sin cabeza

El increíble caso del sapo sin cabeza

Escrito por: Jorge Rubio    9 marzo 2018     2 minutos

Una joven herpetóloga estadounidense deja boquiabierta a la comunidad científica de Estados Unidos tras encontrar un sapo que vive a pesar de no tener cabeza

¿Se puede vivir sin cabeza? A pesar de que la pregunta parece tener una respuesta clara y evidente, lo cierto es que la naturaleza nunca deja de sorprendernos. Ciertamente, vivir sin cabeza parece una realidad incompatible con la propia existencia, sin embargo, el sorprendente hallazgo de una joven herpetóloga estadounidense llamada Jill Fleming ha dejado boquiabierta a la comunidad científica de dicho país.

En 2016, Fleming encontró en un bosque de Connecticut un sapo que en apariencia estaba falto de cabeza: no tenía ni ojos, nariz, lengua o mandíbula. Tras una inspección más detenida, la herpetóloga encontró un pequeño orificio a través del cual este ejemplar podía alimentarse. Dicha morfología sorprendió a la comunidad científica que pronto se dispuso a investigar a qué se debía este singular caso.

Una de las primeras opciones que se barajó fue que se tratase de una mutación genética que de algún modo hubiese causado la desaparición de la cabeza de este animal. Los sapos son unos de los seres con mayor resistencia y son capaces de vivir en condiciones incompatibles con la vida para cualquier otro animal. Sin embargo, los científicos destacaron otra posibilidad: que un tipo de larva parasitaria hubiese sido la encargada de desdibujar el rostro de este sapo.

Pero la posibilidad con más papeletas para ser cierta según los investigadores es que esta singular circunstancia se deba a que el sapo fuese atacado por un depredador y que de algún modo logró sobrevivir. Por el momento, ninguna hipótesis ha sido confirmada, pero todas ellas plantean otro gran enigma, el de cómo ha podido seguir vivo este sapo en plena naturaleza con una percepción del entorno tan mermada. Un enigma sin solución aparente y un misterio más con el que la naturaleza nos sorprende.

Fuente | Dailymail
Fotografía | Jill Fleming

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