Una especie planetaria
A menudo la autosuficiencia humana suele dar por sentado que el hombre es la única especie que se extiende por todo el globo. No tenemos en cuenta a las aves migratorias ni a los pequeños insectos, pero no se nos pueden olvidar las hormigas.
Las hormigas legionarias llegan a unos 10.000 billones de ejemplares en todo el mundo y están por todas partes. Proponemos una prueba para los más escépticos. Dejar un trozo de pan en el suelo un par de días y luego comprueben los resultados. Como los humanos, también se alimentan de otras especies y son los culpables de que otros insectos no lleguen a la mayoría de edad.
Otro de los rasgos que las hace especiales son sus extrañas costumbres sociales. Las hormigas se organizan con el fin de preservar a la especie o de conservar las provisiones. Como si de un programa informático se tratase, esta especie cumple sus tareas a la perfección durante toda su existencia. Las que se quedan en el hormiguero se las llama hormigas nodriza y cuidan de las crías de la especie. Las que se patean el mundo se pueden dividir en dos grupos: soldados y obreras. Las primeras no ponen huevos y se dedican a defender al resto del grupo en el hormiguero o a atacar a especies más débiles. Las segundas son las encargadas de recargar provisiones, algo que no dejarán nunca de hacer por mucha despensa que tengan.
Tan rica y tanta variedad tiene las hormigas que algunas son nómadas y otras se quedan en el mismo territorio siempre. Por eso, cada año puedes ver una fila de hormigas por tu cocina que realizan el mismo recorrido. Otras en cambio se trasladan con equipaje y todo hacia otras zonas. De ahí la típica escena de una hormiga con un trozo de pan más grande que el que escribe estas líneas.
Dueñas del subsuelo, esparcidas por el mundo, quizás tendríamos que dirigir la mirada hacia nuestros pasos para aprender de ellas.
Fuente | Nacional Geographic
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