Contactos entre mamíferos (Parte 2)

Contactos entre mamíferos (Parte 2)

Escrito por: Leticia    17 mayo 2009     2 minutos

En un artículo anterior te hemos contado algunas formas curiosas que usan los mamíferos para entrar en contacto. Ya hemos hablado del canto de las ballenas, del mamífero más ruidoso y de la forman en que las focas reconocen a sus hijos. En esta ocasión hablaremos de algunos secretos más.

¿Cómo se advierten del peligro los primates?
Entre los mamíferos, los primates (monos, chimpancés y otros simios) son unos de los mejores comunicadores. Muchos viven en grupos que suelen distribuirse en árboles cercanos entre sí. Cuando alguno nota la presencia de un peligro, para que todos los demás se enteren, envía avisos de diferentes formas: con saltos en el lugar, precipitándose entre los árboles, sacudiendo las hojas y rompiendo ramas o gritando fuertemente. Sus advertencias pueden llegar a revelar si el peligro viene del suelo o del aire.

¿Por qué los mamíferos dejan marcas de olor?
Algunos mamíferos, como los felinos y los perros tienen glándulas odoríferas que elaboran sustancias químicas llamadas feromonas. El olor de estas sustancias es depositado en los árboles o en el suelo cuando pasa el animal, dejando mensajes perfumados para que los otros los “lean”. El olor da información sobre la edad, el sexo, la salud, el nivel social del animal. Un mensaje especialmente oloroso puede querer decir “Este es mi territorio” o “Estoy buscando pareja”.

¿Por qué aúllan los lobos?
El aullido de una jauría de lobos advierte a los congeneres que se mantengan fuera de su territorio. También ayuda a un lobo perdido a localizar a su grupo, y a fortalecer los vínculos de la jauría antes de salir a cazar.

¿Por qué hacen muecas los chimpancés?
Hacen muecas para portar que con ellas y con sonidos la forma en que se sienten. Cuando un chimpancé está asustado o excitado hace una mueca de miedo, que parece una sonrisa. La boca bien abierta y relajada es común durante un juego, en cambio, si esté enojado, aprieta con firmeza los labios.

Fuente | El Gran Libros de los Porques