Aedes aegypti, Vector de la Fiebre del Dengue

<em>Aedes aegypti</em>, Vector de la Fiebre del Dengue

Escrito por: Manzano Azul    5 mayo 2009     2 minutos

El A. aegypti o mosquito de la fiebre amarilla, es un mosquito de color oscuro que resplandece con la luz del sol, pero sus hábitos corresponden más a las horas del amanecer y el ocaso. Tiene unas finas líneas blancas a lo largo del dorso y las patas y se esconde en lugares oscuros y frescos. Se alimenta de jugos vegetales y sabia, aunque después del apareamiento la hembra necesita chupar sangre para madurar los huevos.

Su tiempo de vida es corto, no alcanzando a superar el mes, y vuela a distancias cortas, de aproximadamente cien metros, rango en el cuál se alimenta; cuando el mosquito pica a una persona infectada, puede transmitir el virus en un lapso de aproximadamente 10 días de incubación de los huevos fuera de la hembra, dependiendo de la temperatura del medio.

Dicha hembra pone los huevos en depósitos de agua “apozada”, contiguos a las viviendas, pegándolos a las paredes del recipiente, cerca de la superficie; los huevos eclosionan en tres o cuatro días, si la temperatura les resulta favorable, pero pueden mantenerse en buen estado hasta por un año. Este mosquito es el agente causante del “dengue”, en sus tres manifestaciones: fiebre de dengue, fiebre hemorrágica de dengue y el shock hemorrágico.

El dengue es una grave enfermedad infectocontagiosa, causada por un virus ARN del grupo de los Flavivirus, que para su dispersión biológica necesita un “vector” o vehículo: el mencionado mosquito A. aegypti. A partir de la década del 60 empezaron a reportarse con frecuencia casos de dengue en el continente Americano: en la zona del Caribe, Venezuela y posteriormente Colombia. En los ochentas empezó a esparcirse desde Brasil hacia el norte, cubriendo hoy en día toda Suramérica.

Existen tratamientos y mecanismos de control epidemiológico, relativos tanto al control de las áreas de riesgo, como a la prevención de espacios reducidos como las viviendas. Así mismo es de vital importancia el reconocimiento del vector, la identificación de los síntomas y la precaución de los viajeros que se dirijan a estas zonas, ya que es más alto el riesgo de contagio en áreas urbanas que en rurales, en contraste con otras enfermedades tropicales.

Vía | Medicina y Prevención