La desaparición de las abejas está causada por los campos electromagnéticos

La desaparición de las abejas está causada por los campos electromagnéticos

Escrito por: Jorge Rubio    19 junio 2015     2 minutos

La desaparición paulatina de las abejas es uno de los misterios que estaba trayendo de cabeza a la comunidad científica. Estos insectos son vitales para que nuestro mundo continúe tal y como lo conocemos, ya que un mundo sin abejas podría tener unas consecuencias catastróficas. En este sentido, la identificación de los motivos detrás de su parición parece un elemento trascendental.

Un estudio reciente ha descubierto que los campos electromagnéticos tienen gran parte de la culpa en la desaparición de estos animales. Al parecer, las diversas infraestructuras de telecomunicaciones que proliferan por todos los rincones del mundo están introduciendo campos electromagnéticos artificiales de una potencia inusitada que desorientan a los insectos, especialmente a la abejas, lo que hace que sean incapaces de regresar a sus colonias y por tanto mueran.

Esto no se limita únicamente a la desorientación, ya que también las ondas y campos electromagnéticos alteran el sistema inmunitario de las abejas. Todos estas elementos externos causan graves problemas en las poblaciones de estos insectos, lo que hace que poco a poco sus colonias se reduzcan y desaparezcan paulatinamente. De hecho, se barajan números que sostienen que en Estados Unidos han desaparecido más de 1/3 de las abejas, según un informe del presidente de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural ante el Parlamento Europeo (2008).

Parece claro el impacto que están teniendo estos campos en la destrucción de las poblaciones de abejas a nivel mundial. Pero esta no es la única especie afectada por ellos, ya que los propios seres humanos también padecen sus consecuencias. En cualquier caso, la supervivencia de las abejas es un elemento clave para la supervivencia de todo el mundo, ya que son las garantes de que la producción agrícola de gran parte de sus frutos.

Vía | Efe verde
Fotografía | Jacinta Lluch Valero