Según un estudio los fluorescentes del supermercado acortan la vida de las verduras
La brillante luz que ilumina los estantes de los supermercados donde se disponen, bien plastificados, los envases de las verduras acortan la vida de estos alimentos hasta un 60%. Así lo revela el trabajo realizado con un grupo de investigadores de la Universidad de La Rioja, que aconsejan recurrir a productos poco procesados.
Los científicos, que han publicado su análisis en la revista ‘Journal of the Science of Food and Agriculture’, han comprobado que el color se ve más afectado por la luz artificial en el caso de vegetales no pigmentados, como la coliflor, el espárrago, el puerro o la parte blanca de la acelga, mientras que en los vegetales verdes, la parte más deteriorada es la textura.
Para probar los efectos de la luz, los investigadores iluminaron diversos envases de ambos tipos de verdura y probaron que acumulaban atmósfera con más dióxido de carbono y menos oxígeno que los que se conservaba, con el mismo plástico, en la oscuridad. «Esto se debe a que con la luz, los vegetales, que aunque estén cortados, pelados y lavados siguen vivos, respiran más que si están a oscuras, pero el film que los envuelve no transpiran lo suficiente», explica Susana Sanz, responsable del experimento.
Su equipo considera que estos vegetales frescos, o casi frescos, no deben estar en las estanterías de los supermercados más de dos semanas, dado que, aunque estén en una zona refrigerada, sufren las consecuencias de los focos.
¿Soluciones para disfrutar de unos espárragos en su punto? Sanz apunta que, dado la dificultad de gran parte de la población para acudir directamente al hortelano, lo mejor es comprar las verduras no envasadas, aunque haya que lavarlas y cortarlas.
Pero siempre hay quien opta por la comodidad o tiene poco tiempo, y por ello ya están investigando qué tipo de coloración es la más idónea para que afecte lo menos posible a los alimentos o, incluso, cambiar el envoltorio.
«Es cierto que nos gusta ver la verdura que compramos pero se podrían utilizar plásticos tintados y envases menos transparentes que les afecte menos, sobre todo a la coliflor. Tenemos que acostumbrarnos, igual que hicimos con la leche o las patatas fritas, que cambiaron de envase cuando se comprobó que la luz afectaba a la oxidación de los productos grasos», afirma.
Mientras estos cambios llegan, Sanz recomienda reponer frecuentemente los vegetales de las estanterías para que estén expuestos a la luz el menor tiempo posible.
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