Pinchando: así se reproducen los caracoles

Pinchando: así se reproducen los caracoles

Escrito por: Ildefonso Gómez Herrera    25 agosto 2015     2 minutos

Puede que veamos a los caracoles como una de las especies más lentas del mundo animal. Aparentemente no tienen excesiva importancia, aunque juegan su propio rol en la naturaleza. Muchas veces nos hemos preguntado qué métodos tienen para reproducirse. Aunque ya os decimos que el que se conoce es realmente curioso.

La reproducción de estos animales es particularmente dolorosa. Los mismos tienen como órgano sexual un pequeño pincho de carbonato cálcico que deben lanzar a su pareja para que la tarea empiece a ser exitosa. Lo que en realidad lo importante es un pequeño órgano que lanza el espermatóforo, es decir, una «bolsa» con espermatozoides, quienes serán los encargados de fecundar los óvulos. No queremos decir que con esta particular herramienta se fecundice directamente, sino que se ayuda mucho en la tarea final ya que parece ser que ayuda en la estimulación sexual.

Evidentemente, cuando este dardo se lanza, el receptor recibe un pinchazo que le provoca dolor y, a la vez, evita que pueda seguir reproduciéndose más, creando también una pequeña familia. Hay que tener en cuenta que los caracoles son animales hermafroditas: pueden tanto lanzarlo como recibirlo. Y cuando se aparean, también se fertilizan recíprocamente.

Investigadores de la Universidad Tohoku de Japón han realizado una investigación sobre esta peculiar forma de reproducción y han llegado a varias conclusiones no definitivas. Por ejemplo, el dardo permite fertilizar más huevos y conseguir que el esperma dure más. Por el momento se desconoce si esta acción provoca una bajada en la líbido. En cualquier caso, los hábitos de apareamiento están cambiando con el paso de los años. Por un lado, los «pinchos» van cambiando y haciéndose más eficientes, mientras que los órganos femeninos se vuelven más resistentes al esperma no deseado, teniendo también una piel más gruesa para evitar los que no quieren.

Los estudios no son definitivos, tal y como hemos dicho, por lo que se tendrá que se seguir investigando este aspecto. Las formas de apareamiento de los caracoles todavía guardan una gran cantidad de secretos. En cualquier caso, los datos que ya sabemos resultan realmente interesantes y sorprendentes.

Vía | National Geographic
Foto | FlickR – Peter Shanks