¿Peces tropicales o mediterráneos? Cuales debo elegir

¿Peces tropicales o mediterráneos? Cuales debo elegir

Escrito por: Javi    17 julio 2018     7 minutos

Analizamos los peces tropicales y mediterráneos aptos para el acuario casero, teniendo en cuenta que viven y se reproducen gracias a su capacidad de adaptación.

El viento es capaz de mover grandes masas de agua, junto con los microorganismos vegetales y animales (plancton) presentes en su interior. También la oxigenación del agua se debe en gran parte al viento, que al remover el agua, aumenta su superficie de contacto con el aire. El viento facilita además la evaporación. La lluvia, pobre en sales, diluye las aguas, que a causa de la evaporación presentan una concentración cada vez mayor de sales disueltas.

Por otra parte, el agua de lluvia que llega al mar o a los ríos, después de discurrir por los más diversos terrenos aporta nuevas sustancias al agua. En cuanto a la radiación solar, la vida misma depende de esta fuerza. Basta pensar en la importancia de la fotosíntesis clorofílica.

Ciertos animales y plantas no son capaces de adaptarse a condiciones de vida «artificiales» porque necesitan un ambiente exactamente igual al natural. Así pues, no debemos ni intentar la cría de estas especies, sobre todo teniendo en cuenta que podemos escoger entre una cantidad enorme de organismos fácilmente adaptables a la vida en cautividad.

Son muy pocos los aficionados que eligen para sus acuarios los animales que en la naturaleza pueblan las aguas templadas, como por ejemplo el lucio (Esox lucius), la perca (Perca fluviatilis) o la dorada (Sparus aurata).

Las especies autóctonas del área mediterránea de pequeño tamaño son adecuadas para la cría en acuario no son muchas, en comparación con las especies tropicales. Algunos ejemplos son el espinoso (Gasterosteus aculeatus), el piscardo (Phoxinus phoxinus) y Blennius fluviatilis, para el acuario de agua dulce y la castañuela (Chromis chromis) y la doncella (Coris julis), para el acuario marino.

Criterios de elección

Elegancia y armonía de movimientos del pez estandarte (Heniochus acuminatus), especie propia de las aguas tropicales. @prilfish/Flickr

No es conveniente guiarse sencillamente por el colorido o la belleza de las formar para decidir entre las especies mediterráneas y las tropicales. Hay otras motivaciones que sin duda deben orientar al aficionado a los acuarios en su elección.

Las especies que viven en aguas templadas o frías, por ejemplo, difícilmente soportan las altas temperaturas estivales que pueden alcanzar en los acuarios instalados en el interior de una vivienda. En cambio, la temperatura del agua en los trópicos es más elevada que la de las zonas templadas y presenta oscilaciones más leves.

Las especies mediterráneas requieren la ayuda de un refrigerador que impida el calentamiento del aguaHay que recordar además que durante la estación fría, con la disminución de la temperatura y de la intensidad luminosa, los procesos vitales de los organismos que pueblan las aguas templadas se vuelven más lentos. En las zonas tropicales y subtropicales, en cambio, la temperatura se mantiene relativamente constante, y la única variación que se registra a lo largo del año es la alternancia de épocas lluviosas y temporadas secas.

La observación de los peces en su ambiente natural permite establecer algunas normas fundamentales para quienes se propongan instalar un acuario de especies mediterráneas o tropicales. Para el acuario de las primeras, la temperatura puede variar entre 8-13 ºC y 22 ºC, según la estación, mientras que en el acuario tropical, debe superar los 24-25 ºC. Obviamente, estas temperaturas son sólo indicativas, ya que los valores exactos dependen de las especies que se críen.

Para calentar el agua basta disponer de un calentador, constituido por una resistencia conectada a un termostato, en el interior de un tubo de vidrio resistente al calor. Las dimensiones y el precio de los calentadores son decididamente inferiores a los de una instalación de refrigeración, ya que como es sabido resulta mucho más fácil calentar que refrigerar.

Los peces exóticos toleran temperaturas de hasta 30-35 ºC, ya que el oxígeno disuelto en el agua a estas temperaturas es suficiente para su supervivencia. En el caso del agua pura a una presión de 760mm Hg, los valores de oxígeno en niveles de saturación, expresados en mg/l O2, varían desde 13,13 a 4 ºC y 9,17 a 20 ºC hasta 7,63 a 30 ºC, lo cual significa que al aumento de la temperatura corresponde una disminución del oxígeno presente en el agua.

Si además hay catabolitos presentes en el acuario, la cantidad de oxígeno disponible para los peces disminuye aún más. De hecho, a temperaturas elevadas, los procesos de descomposición bacteriana consumen gran cantidad de oxígeno.

También es importante la forma del acuario, que debe favorecer los intercambios gaseosos con la atmósfera; así pues, la superficie de contacto entre el aire y el agua debe ser relativamente amplia.

Se deben descartar, por tanto, los acuarios de forma esférica, ya que no responden satisfactoriamente a las exigencias de los peces, incluidas las peceras para los llamados goldenfish.

La cría de especies del área del Mediterráneo puede ser muy gratificante, aun cuando requiere mayor dedicación y no siempre resulte fácil encontrar en el mercado peces propios de las aguas templadas, ya sea dulce o marina.

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Para criar especies autóctonas del área mediterránea es imprescindible disponer de un acuario previsto de una buena instalación de refrigeración, o bien instalar el tanque en un lugar fresco.

El acuario tropical no plantea problemas en lo referente a la temperatura, gracias a la utilización de calentadores. Además, las lámparas utilizadas para la iluminación artificial también funcionan como fuentes de calor.

Caulerpa prolifera

Cuando se acondiciona un acuario, a veces cuesta decidirse entre la reconstrucción de un ambiente de agua dulce o hábitat marino. En muchos casos, sobre todo cuando el objetivo es simular una barrera coralina o un prado subacuático, el aficionado se ve obligado a redimensionar sus aspiraciones, ya que en un acuario sólo se pueden cultivar unas pocas especies vegetales (por ejemplo, Caulerpa prolifera, Caulerpa taxifolia y Halimeda tuna) y a menudo resulta difícil la convivencia entre algunas especies animales.

El agua dulce ofrece mayores oportunidades, incluso la de reconstruir un auténtico jardín subacuático. Los protagonistas de los acuarios marinos, en cambio, son los peces y los invertebrados. En consecuencia hay que prestar especial atención a la elección de los peces, en particular de los peces marinos, que con frecuencia son solitarios y territoriales, o tienen exigencias alimentarias especiales.

Por lo general, los peces marinos que viven en bancos son poco aconsejables para los acuarios, porque su hábitat natural es el mar abierto. En los grandes acuarios es posible observar cardúmenes de sardinas nadando en enormes tanques cilíndricos. En el interior de estos tanques se crea una corriente continua, siempre en la misma dirección, y los peces se disponen a contracorriente. La forma del tanque y la corriente permiten que los peces naden siempre en la misma dirección, como si dispusieran de un espacio mucho más amplio.

El ambiente marino, con formaciones rocosas y barreras coralinas, alberga numerosos invertebrados, muchos de los cuales se pueden criar en cautividad. Destacan entre ellos las anémonas y las esponjas, así como una amplia variedad de crustáceos, como cangrejos, langostas y camarones.

Otros invertebrados interesantes desde el punto de vista de la acuariología son los equinodermos, representados por los erizos y las estrellas de mar. En acuario es difícil que los peces encuentren el ambiente adecuado para reproducirse, mientras que los peces de agua dulce son más propensos a manifestar su comportamiento natural incluso en cautividad.

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