Un loro en nuestras vidas

Un loro en nuestras vidas

Escrito por: Jesús M.    5 octubre 2011     2 minutos

Elegir un loro como mascota exige tener en cuenta algunas consideraciones previas

Decantarse por un loro como mascota no es, ni mucho menos, una cuestión baladí o a tomar a la ligera. Se requiere una meditación serena, en la que se analicen pros y contras, por parte de todos los integrantes del hogar.

Todas las especies de loros son extremadamente longevas. Algunas pueden llegar a vivir ochenta años, como la esperanza media de vida de los humanos en Europa. Esto significa que, si todo va bien, nuestro loro nos acompañará durante muchos años, con todo lo que ese dato conlleva. Por tanto, debemos estar muy seguros de lo que hacemos, no en vano, se trata de aumentar la familia en un miembro más, con sus necesidades alimenticias, de espacio y emocionales.

Si tenemos claro el punto anterior, hemos de saber que jamás debemos adquirir un loro salvaje, fruto de la importación ilegal. Violando esta regla, nos convertimos en cómplices de las atroces y traumáticas capturas de loros en América del Sur o África, así como de la devastación de las selvas y ecosistemas de esas zonas del Planeta. Nuestra mascota será, por tanto, nacida en cautividad, a ser posible, en las instalaciones de un criador experimentado y establecido legalmente.

Los loros, empleados como mascota, necesitan cuidados diarios. Pero éstos no son sólo alimenticios, de espacio o higiénicos, también precisan mucho cariño, mimos, juegos e interactividad con el dueño y el resto de la «manada». El aburrimiento continuado, el estrés y el abandono pueden desencadenar enfermedades como el «picaje», trastornos emocionales o automutilaciones. Es necesario, por consiguiente, hablar, jugar y reírnos con nuestro loro todos los días.

Existen muchas especies de loros, cada una de ellas con sus peculiaridades y particularidades. Nos informaremos, antes de la adquisición, de la que mejor se ajuste a nuestras necesidades, medio de vida, espacio, tipo de hogar etc. Si elegimos mal, puede que nos arrepintamos en el futuro.

A la hora de adquirir nuestro loro debemos exigir:

  • El documento de cesión (firmado por comprador y vendedor) o factura de compra.
  • Anilla cerrada(si no la tiene o es abierta, pudiera tratarse de un ave importada ilegalmente).
  • Analíticas recientes de las enfermedades más comunes (PBFD, Polyomavirus, Enfermedad de Pacheco, Psitacosis etc).
  • Registro en SOIVRE.
  • Además, si se tratase de aves integradas en el Anexo A de CITES, es necesaria la entrega de un Certificado Intracomunitario CITES. La mayor parte de especies de loros, sin embargo, están adscritas al Anexo B.

Si tenemos en cuenta estas premisas iniciales, estaremos en disposición de añadir, a nuestras vidas, un nuevo amigo, con plumas, pico y mucha inteligencia.

Vía | Blue Macaws España
Foto | Green Parrots Cantabria-Carmen Sánchez-Almadén