Lémures víctimas de un golpe de estado

Lémures víctimas de un golpe de estado

Escrito por: Luis G    9 septiembre 2009     2 minutos

Los golpes de estado siempre provocaron calamidades a las sociedades civilizadas. La intolerancia y la violencia oprimieron a pueblos enteros. Una sola palabra, dicha en el momento y en el lugar “equivocado” podía provocar la muerte o la desaparición de cualquier simple ciudadano. La opresión y el miedo eran (y siguen siendo) moneda corriente en los países donde los autoproclamados dueños de la verdad, los salvadores de la sociedad, entran a escena a punta de fusiles a enseñar a la gente cómo se debe pensar. Pero no solamente los humanos son víctimas de sus congéneres cuando ocurren estos hechos.

Un golpe de estado ocurrido en marzo de 2009 en la isla de Madagascar, y el consecuente quebrantamiento de la ley y el orden, provocó que los cazadores ilegales encontraran el terreno propicio para poner en serio riesgo a varias especies de lémures, uno de los mamíferos más raros y simpáticos. Los lémures ya se encontraban en peligro desde hace tiempo en la isla ubicada en el Océano Índico, pero en los últimos meses su situación empeoró notablemente.

Uno de los lémures, el Sifaka Coronado de Oro (Propithecus tattersalli), que vive solamente en Madagascar, en la Selva Daraina, al noreste de la isla, es uno de los más amenazados. James Mackinnon, de la ONG Conservation Internacional, expresó que se cree que quedan unos 8.000 individuos en la selva y que se están matando unos 50 por día, lo que está provocando un gran impacto sobre la especie, colocándola en una situación extremadamente peligrosa. Los lémures son vendidos a restaurantes como comida exótica.

Las organizaciones conservacionistas están exhortando a los donantes internacionales que sigan aportando, a pesar de la situación política de Madagascar, porque sin ese dinero no se le podría pagar a los guardias forestales. Además, les advierten a los cazadores que los lémures son uno de los principales atractivos turísticos de Madagascar y que están matando a las gallinas de los huevos de oro. Este pedido me hace acordar a un viejo ministro de finanzas de un país en crisis, cuando, con insólita ingenuidad, dijo que les había hablado a los mercados financieros con el corazón y le contestaron con el bolsillo.

Vía | BBC