La triste agonía del Huemul

La triste agonía del Huemul

Escrito por: Luis G    7 julio 2009     2 minutos

Dos mil. La sola mención de esta cifra entristece y angustia a los todos los amantes de la naturaleza. Es que esa es la cantidad de ejemplares de Huemul que todavía no fueron exterminados por completo.

La mansedumbre y confianza del Huemul lo hace presa fácil de los cazadores furtivos, a pesar de que su caza está prohibida. El hombre lo sigue matando mediante la modificación o la destrucción de su hábitat.

La destrucción de las pasturas para la explotación de ganado, la construcción de caminos, la explotación minera o del turismo aventura fueron acorralando al Huemul a su actual única morada: los bosques patagónicos de Chile y la Argentina.

También conocido como Ciervo Sur Andino, el Huemul es un cérvido robusto y de patas cortas que alcanza los 165 centímetros de longitud y llega a pesar hasta 100 kilogramos. Su denso pelaje varía según la época del año de pardo a marrón oscuro. El macho, de mayor tamaño que la hembra, presenta un par de astas bifurcadas que llegan a los 30 centímetros de longitud. Su nombre científico, Hippocamelus Bisulcus, no le hace honor a su presencia simpática y apacible.

El Huemul se alimenta de tallos tiernos, hojas y flores de algunos arbustos como el maqui y el chilco y de las partes blandas de los árboles como las lengas. Es un animal solitario aunque a veces forma reducidos grupos familiares.

A pesar de que en Chile se lo considera como el animal nacional y figura en el escudo del país y de que la Argentina lo declaró Monumento Natural, el hombre lo sigue matando; de manera directa por ignorancia o desidia e indirectamente gracias a la introducción de especies exóticas como la Liebre Europea, el Ciervo Colorado o el Jabalí, por meros fines comerciales. Estas especies exóticas compiten con el Huemul por la comida y el territorio.

Teóricamente este mamífero goza de un paraguas protector en varios Parques Naturales de los dos únicos países en donde habitó desde siempre. Sin embargo varias asociaciones conservacionistas alzan su voz exigiendo medidas más concretas para salvar a este animal, único e irrepetible como todos. Si nadie hace nada, es probable que nuestra generación asista a la muerte del último Huemul que camine, se alimente y viva en esos hermosos paisajes de la Patagonia.

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