Ragdoll, un gato con actitud de perro

Cuando hablamos de gatos, enseguida se nos viene a la cabeza la actitud que tienen estos, la mayor parte de las veces independiente, solitaria, e incluso vaga. Sin embargo, también es cierto que existen especies que pueden resultar sorprendentes… Simplemente porque se parecen más a otros animales que a los que pertenecen. Es lo que sucede con los Ragdoll, un tipo de gato que parece tener la actitud de un perro.

En primer lugar, mencionar que la actitud de los ragdoll se parece mucho a la de los perros debido a que tienen un carácter dependiente. No se irá del lado del amo, y siempre acudirá al llamado. Incluso buscará atención. Por supuesto, conserva gran parte de las ventajas de los gatos. Incluso puede ser juntado con otros animales. En ningún caso se llevarán mal.

A los ragdoll también les gustan los juegos. Además, la inteligencia de estos animales es bastante superior a la de otros gatos, lo que significa que, si le sucede algo, enseguida lo hará saber.

Mencionar que el origen del ragdoll es desconocido. De hecho, se dice que fue el resultado del experimento de una criadora llamada Ann Baker. En todo caso, decir que el pelo de los ragdoll es suave y con una longitud media. Además, la cola es esponjosa. Incluso hay que cepillar la misma. El animal se puede encontrar en varios colores, aunque el cuerpo no cambia: es robusto y fuerte, además de alargado.

Por último, decir que estos gatos casi nunca maúllan. En todo caso, su voz no es potente. Aparte, no les gustan las alturas y, en ocasiones, son usados en sesiones de terapia con personas mayores. Un tipo de gato que, además de curioso, resulta de bastante ayuda en determinadas ocasiones.

Si queréis un ragdoll, se encuentran en nuestro país de diferentes formas. En todo caso, es posible que tengáis problemas para encontrar determinados ejemplares.

Vía | CatTime
Foto | Wikimedia Commons – Suringen

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