Las hormigas

Las hormigas

Escrito por: Leticia    30 diciembre 2009     2 minutos

Las tres partes que componen el cuerpo de una hormiga son tan diferentes que uno quedaría tentado de compararlas a tres pequeñas perlas de diferentes tamaños, enhebradas una a continuación de la otra. Animados por músculos independientes, estos tres segmentos, aun después de haber sido separados, pueden continuar viviendo durante cierto tiempo.

La primera parte, la cabeza, está separada del cuerpo puede continuar palpando con sus antenas y cortar con sus mandíbulas, a manera de cizallas. La segunda parte, o el tórax, en el cual se fijan los tres pares de patas, pueden continuar su carrera, y la tercera parte, la más voluminosa de todas, que es el abdomen, puede poner huevos y hundir su dardo.

Las especies de hormigas son más numerosas que cualquier otra especie animal que viva sobre la tierra y sus innumerables representantes se encuentran sobre ésta, casi en todas las latitudes. La extraordinaria proliferación de las hormigas es debido, en parte a la facilidad con que estos insectos se contentan con todo. Un poco de buena tierra es para ellas el alojamiento, pero un tronco podrido también les será suficiente.

Su alimentación no ofrece problemas: comen de todo con una marcada predilección por los insectos muertos. Una manzana o cualquier otra fruta que se haya machucado al caer. Les gustan los alimentos de consistencia blanda y si es preciso también saben esperar a que se descompongan las frutas demasiado maduras.

Incluso hay hormigas que siembran semillas, cuando éstas empiezan a germinar, las hormigas les cortan la extremidad de la raíz y así mantienen una huerta a su medida. Desdeñan el polen, demasiado duro, pero aprecian el jugo azucarado de las plantas y las partes blandas de los otros insectos.

Fuente | Maravillas de la Naturaleza