Hormigas, el vuelo nupcial

Hormigas, el vuelo nupcial

Escrito por: Leticia    14 enero 2010     2 minutos

Para excavar sus galerías o para arrastrar su alimento, las hormigas no necesitan alas, que se estropearían rápidamente con los innumerables obstáculos encontrados en su camino. Pero llega un momento en que dentro de un hormiguero aparecen algunas hormigas aladas. Son los machos y las reinas.

En una hermosa tarde, cuando hay poco viento, estas hormigas abren sus alas y abandonan la tierra durante algunos instantes. Es el vuelo nupcial, vuelo breve seguido prontamente de la caída a tierra de sus participantes.

Enredados en sus alas, los machos ya no pueden deslizarse entre los obstáculos ni colocarse bajo tierra. Las aves darán rápidamente cuenta de ellos.

La reina ha salido más bien parada, sus alas se arrancan fácilmente. Con la ayuda de sus mandíbulas y de sus patas delanteras ella se desembaraza con rapidez, y en seguida se pone a excavar el suelo con frenesí. Como la reina no ha sido hecha para estos menesteres su cuerpo se desuella, se desgastan sus mandíbulas pero es preciso excavar ente refugio o morir.

Cuando el agujero es bastante profundo, lo cubre con tierra o de gravilla, se encierra allí y allí permanece unos tres meses, tiempo necesario para la puesta de los huevos, para que haga eclosión convertidos en ninfas y para la metamorfosis de estas últimas en insectos perfectos. Desde este momento queda asegurado el porvenir de la estirpe. Los pequeños cavando galerías subterráneas, construirán el verdadero hormiguero, donde podrá crecer la familia y aumentar hasta alcanzar, a veces, varios centenares de miles de miembros.

Cuatro meses después de la eclosión de los primeros huevos, otras hormigas alcanzan la madurez, las cuales darán origen a otra nueva oleada de trabajadoras, mayores y más robustos que los anteriores.

Dos años más tarde la colonia es tan vasta que necesita guardias especializados. Nacen entonces las hormigas soldados y vigilan las entradas.

Tres años después del vuelo nupcial de la reina, un cierto número de sus hijos están provistos de alas. Se lanza hacia el cielo un nuevo vuelo. Inmediatamente se pondrá a cavar furiosamente el suelo, y volverá a comenzar el mismo ciclo.

Fuente | Maravillas de la naturaleza