Recogiendo la cosecha, las abejas
La energía producida por la miel es tal que basta una gotita del tamaño de una cabeza de alfiler para alimentar una abeja en vuelo por un trayecto de 400 metros. Pero el trabajo realizado para cosechar las materias necesarias para su fabricación y para mantenerlas en buenas condiciones es tal que no debemos extrañarnos de ver cómo se agrupan las abejas en tan gran cantidad en las colmenas. En los días buenos todo es un vuelo que se emprende por la mañana, dirigiéndose a las flores, cuyas anteras una vez alcanzada la madurez sueltan el polen.
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