Rusia, un 10 en sostenibilidad para el Medio Ambiente

Rusia, un 10 en sostenibilidad para el Medio Ambiente

Escrito por: admin    2 agosto 2018     3 minutos

La recién terminada Copa del Mundo 2018 de Rusia dejó un claro ejemplo de cómo se debe trabajar en la construcción de estadios sostenibles en el presente para reducir el impacto de estos sobre el medio ambiente.

La recién terminada Copa del Mundo 2018 de Rusia dejó un claro ejemplo de cómo se debe trabajar en la construcción de estadios sostenibles en el presente para reducir el impacto de estos sobre el medio ambiente.

La Copa del Mundo 2018 disputada en Rusia sirvió para dar ejemplo en muchos aspectos. Desde el primer momento se vio que la organización de este evento deportivo, en el que se realizan infinidad de apuestas, estaba muy bien planificada. Ningún fallo de puesta en escena, ningún error reseñable, todo salió a la perfección.

Una de las claves ha sido el duro trabajo que el país anfitrión ha realizado desde que supo que se encargaría de albergar tal acontecimiento. Una preparación en la que se tuvo muy en cuenta no solo el orden, sino una de las bases del futuro y el progreso en nuestra sociedad, el medio ambiente.

Los 12 estadios en que se disputaron los 64 partidos de dicha competición habían sido construidos de cero o modificados desde su estructura original para mejorarlo en todos los aspectos. Este hecho permitió a estos campos conseguir el certificado verde de BREEAM y el de LEED. Dos sellos que distinguen actualmente a los edificios sostenibles, a los que han reducido drásticamente el impacto ecológico que supone su construcción en los lugares donde se instalan.

Hasta tal punto ha llegado el ahorro energético que se prevé que se haya consumido un 70% menos de luz que en caso de no haber utilizado los materiales ecológicos y las nuevas tecnologías que ayudan precisamente a eso, a reducir elementos tan importantes como la energía.

La realidad es que el camino viene prefijado por una FIFA que ya en la Eurocopa del 2016, la de Francia, promovió, junto con la UEFA, que era imprescindible y necesario cumplir con ciertas normas de sostenibilidad que permitan a nuestro planeta poder frenar un cambio climático que se está acelerando cada vez más. Este hecho no hace más que dificultar la supervivencia de ciertas especies que no están acostumbradas y no se terminan de adaptar a un calor que va en aumento día a día.

Sin duda, esto parece una muy buena medida desde la máxima organización de un deporte como el fútbol, que lo ven tantas personas y que tiene tanta influencia sobre la sociedad. Dar ejemplo en este tipo de ámbitos es imprescindible para que el mundo entero se conciencie y ayude a convertir cada elemento, cada edificio, en sostenible tomando medidas ecológicas que lo fomenten.

En definitiva, una de las claves del triunfo de Rusia como organizadora de la Copa del Mundo del 2018 fue su apuesta por el medio ambiente. Es cierto que la FIFA lo impone desde hace algunos años a todos los anfitriones de este tipo de torneos, pero en este caso se ha querido ir más allá para ayudar al planeta a no sufrir tanto impacto ante la construcción y remodelación de esos estadios de fútbol. Una idea que ha ayudado a los rusos a tener el que seguramente haya sido el mejor campeonato de la historia de este deporte, al menos en cuanto a sostenibilidad.

Comentarios cerrados