Ailurofilia, el amor por los gatos

Ailurofilia, el amor por los gatos

Escrito por: Ildefonso Gómez Herrera    7 marzo 2017     2 minutos

Últimamente se suelen ver a muchas personas que profesan un amor incondicional a sus gatos. En muchas ocasiones, no en vano, incluso rehúsan a tener hijos. Algo que no se suele ver bien por gran parte de la sociedad. Muchos incluso señalarían que esto es una enfermedad. En cierta manera no se equivocan, ya que este «problema» tiene nombre: Ailurofilia.

La Ailurofilia es el amor incondicional hacia los gatos. De hecho, este amor va casi siempre acompañado de admiración, fascinación y placer al cuidarlos y estar a su lado. Mencionar que la Ailurofilia no es algo pasajero, no pasa con el tiempo. Se trata de algo casi permanente que en raras veces desaparece. Esta filia incluso es buena para las mascotas, ya que se traduce en que los dueños tendrán un gran sentido de responsabilidad, respeto y cariño respecto de con los gatos.

Mencionar que la Ailurofilia puede llegar a tener bastantes grados. Algunos de ellos, los más graves, contemplan síntomas como el uso de objetos con forma de gato o vestimentas inspiradas en estos animales. Y esto podría ser un problema para las personas que deban llevar una vida normal.

Afortunadamente existen tratamientos para la filia. La mayoría de ellos comienzan con una atención psicológica bastante centrada en hacer que el paciente entienda su condición. Incluso utilizando medicamentos. En todo caso, el cerebro es muy importante en la cura de la enfermedad, debido sobre todo a que se trata de algo de índole psicológico. La duración del tratamiento es variable.

La Ailurofilia es, en todo caso, un problema psicológico, una filia que se trata como si fuera otra enfermedad cualquiera. Eso sí, requiere de tratamientos específicos. Una cosa es tener un gato como mascota, y otra tener obsesión por estos animales. Un inconveniente que ya tiene bastantes pacientes.

Vía | Alpha
Foto | Pixabay – JordyMeow

un comentario

  1. Congdegato dice:

    Aquí somos ailurofóbicos 😉