Las focas arpa andan de mudanza

Las focas arpa andan de mudanza

Escrito por: Jesús M.    9 enero 2012     2 minutos

Las focas arpa del este de Canadá se están viendo afectadas por la reducción de la superficie helada, provocada por el calentamiento global del planeta. Por eso, muchas de ellas buscan otras zonas donde instalarse, para criar y amamantar a sus cachorros.

Cada día aparecen nuevos efectos colaterales, derivados del calentamiento global del planeta. Ahora, les ha tocado a las focas arpa del Atlántico Norte. La rápida destrucción de las capas de hielo en la zona está afectando, dramáticamente, a la supervivencia de la especie. Son los pequeños cachorros los más afectados, pues se estima que, durante 2011, el 80 por ciento de las crías de focas arpa perecieron por la falta de hielo.

Estudios de la Universiad de Duke, en Estados Unidos, así como de IFAW (International Fund for Animal Welfare), indican que la superficie helada en el norte del Océano Atlántico se ha reducido más de un 5 por ciento, desde finales de los años setenta del siglo XX. Este hecho está perjudicando a las focas arpa, que crían y amamantan a sus cachorros en las costas del este de Canadá.

Pero el cambio climático no es la única amenaza para las focas arpa canadienses. El gobierno del país autoriza, anualmente, la caza de unos 300.000 ejemplares, con el fin de abastecer de pieles a los mercados internacionales. Según IFAW, las autoridades canadienses permiten estas matanzas, con el fin de mantener los asentamientos pesqueros de aquella región del país.

Los estudios, que incluyen observaciones por satélite, están mostrando cómo algunas comunidades de focas buscan nuevos lugares de cría, como Groenlandia. Sin embargo, otras muchas siguen acudiendo a los asentamiento tradicionales en Canadá.

Las focas arpa, también denominadas focas de Groenlandia (Pagophilus groenlandicus), pertenecen a la familia Phocidae y sus hábitats se encuentran en el Atlántico Norte y en el Océano Glacial Ártico. Son plateadas y la cara posee tonalidades negruzcas. Una mancha, en forma de arca, en la espalda les da nombre. Algunos ejemplares viven más de 35 años y pasan gran parte de su vida en el mar, pueden permanecer 15 minutos debajo del agua. Quizás, a partir de ahora se verán obligadas a cambiar sus tradicionales zonas de cría, en la Isla de Terranova, Península del Labrador y Golfo de San Lorenzo, por territorios con mayor superficie helada.

Vía | ABC
Foto | Flickr-Iieee